lunes, 18 de noviembre de 2013

El plano astral

 
Volvemos con lo temas raros, y es que cuando no hablo de política, cine o libros hablo de estos temas, o mejor dicho, escribo; perdón es que me encantan.

El plano astral

¿Qué es el plano astral? Muchos lo conocen, otros no. En resumen dejando de lado toda idea religiosa. Es "el otro lado", "el más allá". No es el cielo, ni el infierno, insisto. Para describirla mejor, es OTRA DIMENSIÓN a donde vamos a parar cuando morimos o...cuando hacemos un viaje astral. Este plano se divide a su vez en siete subplanos y cada uno de ellos tiene sus propias particularidades....dicen.

Un viaje astral es un supuesto estado en el cual uno abandona su cuerpo y se pone a vagar por ahí en el universo...o en otra dimensión. La muerte podría considerarse un viaje astral constante, hasta que se reencarne.
 
Lo interesante es pensar ¿Qué hay allá? Y es lógico y ridículo pensar que allá es un mundo similar al nuestro. Estuve investigando y encontré las "esencias" más comunes por allá.


La sombra
 
Durante el período intermedio entre una encarnación y otra, se da un proceso de purificación en el cual el Ego Superior (la parte que sobrevive de vida en vida) va, junto a la conciencia, pasando de un cuerpo sútil (el hombre tiene algunos cuerpos sútiles, siete en la mayoría de teorías) a otro, yendo del menos sútil al más sútil, y dejando atrás cada cuerpo sutil que abandona en el curso de esas transferencias, hasta finalmente no quedar sino sólo (o con el cuerpo causal según ciertas teorías) él, y la conciencia que volverá a activarse cuando se de la siguiente encarnación. Ocurre sin embargo que, cuando el Ego Superior de alguien deja el cuerpo astral para pasar al cuerpo mental, el cuerpo astral la mayoría de veces se desintegra, aunque eso a veces no ocurre en casos de personas que, o bien han sido malas, o sin ser malas han tenido muy acentuada la presencia de “bajas pasiones y tendencias” (alcoholismo, violencia, envidia excesiva, drogas, adicción al sexo, etcétera). En esos casos el cuerpo astral está demasiado vitalizado por esas energías negativas como para desintegrarse, a la vez que conserva suficiente energía psíquica (debido a que tiene algo de materia del cuerpo mental pegada) como para tener cierto grado de conciencia y autonomía. Aquel cuerpo astral que no se desintegró, constituirá una suerte de versión negativa del individuo, algo así como su lado oscuro desprendido…su sombra. Desgraciadamente y como ya se dijo, esa sombra preservará una pequeña porción del cuerpo mental del sujeto, y eso bastará para que pueda tener gran parte de sus recuerdos y pensamientos.
 
Todo lo anterior da cuentas de por qué, en las sesiones de espíritismo, los espíritus que se manifiestan son muchas veces sombras (los espiritistas muchas veces contactan con el séptimo subplano astral), y por qué abundan tantos testimonios de personas que ven a sus fallecidos como si éstos se hubiesen deteriorado moral y anímicamente. Así mismo, lo anterior explica el comportamiento destructivo y parasitario de las sombras; pues, si éstas están constituidas por energías astrales (y un poco de energía del cuerpo mental) negativas, intentarán alimentarse de miedos, emociones y tendencias nocivas para de ese modo postergar en lo posible su inevitable proceso de desintegración…

El cascarón
 
No encontré una imagen más apropiada...perdón. Pero es buena analogía.
Existen dos clases de “cascarones”: el astral, correspondiente al cuerpo astral, y el etérico, que se corresponde con el cuerpo etérico, cuerpo este que es consustancial al aura entendida como fenómeno electromagnético.

El “cascarón astral” es el cadáver astral de un ser humano, y en él, a diferencia de la sombra, no existe partícula alguna de materia mental, por lo que no tiene consciencia, inteligencia o autonomía. Es un simple ente pasivo que flota como nube en el mundo astral, aunque puede ser animado por médiums o hechiceros, al punto de asumir la forma de un fallecido o de un vivo, suscitando así nefastos engaños…

Por su parte, el cascarón etérico es el cadáver que queda del cuerpo etérico tras el proceso de desintegración del cuerpo físico, aunque ventajosamente no ofrece las posibilidades de animación que ofrece el cascarón astral.

El cascarón vitalizado

El “cascaron vitalizado” posee el mismo grado de consciencia de un elemental artificial, entidad creada en virtud de lo que se denomina “forma de pensamiento”. Las formas de pensamiento están asociadas a pensamientos emitidos por sujetos, y en el caso del cascarón vitalizado, pueden haber sido creadas a partir de pensamientos malintencionados, proyectados con mucha energía y persistencia.  Así, formas de magia negra como el vudú y el obeah, crean cascarones vitalizados a partir de formas de pensamiento, pudiendo engendrar entes con un poder suficientemente grande como para matar personas. Por fortuna, se dice que el karma por crear cascarones vitalizados es terriblemente elevado.

Animales
 
 Se cree que los animales capaces de sentir emociones (perros, delfines, monos, etcétera), esto es los animales más evolucionados, poseen cuerpos astrales, aunque mucho más débiles y simples que los cuerpos astrales humanos. Estos cuerpos astrales serían la causa de las diversas historias que existen sobre animales fantasmas. Ahora bien: ¿por qué estos fantasmas animales están más que todo vinculados al bajo astral? Según refieren muchos expertos en el tema, cascadas de animales fantasmas surgen cada día en los mataderos de chanchos, vacas y otros animales que el hombre devora en embutidos, carnes empacadas y cosas por el estilo. Y esos entes están, en opinión de los citados expertos, imbuidos en terror y odio hacia el hombre, por lo que pasan directamente al séptimo subplano… Esa es pues, según se dice, una de las principales razones espirituales por las que se recomienda ser vegetariano; ya que, la energía que esos animales producen en el mundo astral, nos perjudica aunque no lo notemos.
 
Suicidas y víctimas de accidentes
 
Se cree que ambas clases de fallecidos suelen afrontar una vida astral complicada. Si la víctima del accidente era una buena persona, estará en un estado de inconsciencia hasta que transcurra el tiempo que, según su karma, debió de haber vivido. Transcurrido ese tiempo, recuperará la consciencia en los subplanos astrales elevados, por lo que antes habrá sido una entidad inconsciente en los subplanos inferiores, ya que no había acumulado suficiente energía negativa como para que su conciencia se active en el Bajo Astral, cosa aquella que representa un verdadero tormento. Pero lo mismo no ocurre con una mala persona que muere en un accidente: ésta va directo al Bajo Astral, donde permanecerá consciente por un buen tiempo. En cuanto al suicida, siempre incurre en una gran deuda kármica con su suicidio, pero la situación puede variar dependiendo de por qué se suicidó, en qué estado de consciencia se suicidó, y cuál fue su naturaleza moral y espiritual, tanto en la globalidad de su vida como en sus últimos momentos. El karma por el suicidio suele ser una próxima vida llena de complicaciones y usualmente en un cuerpo seriamente limitado (alguien que nazca sin piernas, por ejemplo), y cierta teoría afirma que el suicida se queda penando en el Bajo Astral hasta que haya cumplido el tiempo que debió haber vivido, pero sumido en un estado de angustia, confusión y algo de pesar.
 
 El mago negro y sus discípulos
 
No existe entidad astral más poderosa que el mago negro, el cual puede estar en el Bajo Astral por dos causas: 1) se ha desdoblado, ha realizado un viaje astral, y por ende está allí transitoriamente, 2) ha muerto. Lo realmente inquietante es el segundo caso, ya que se sabe que, tanto los magos negros como sus discípulos, gozan de gran poder en el Bajo Astral, a lo cual hay que agregar el hecho de que conocen el Bajo Astral y en consecuencia no están desorientados o temerosos; pero, y esto es lo peor, suelen permanecer allí mucho más tiempo que las demás entidades, ya que para ese fin realizaron terribles prácticas de magia negra antes de morir, se hayan parasitando a los vivos desde el Bajo Astral, o bien ambas cosas.

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