miércoles, 4 de septiembre de 2013

Es que ella no entiende





-¿Cómo empezar?
-Sólo empieza
-Está bien…

Es que ella no entiende. Bueno, mejor dicho, no sabe que ya no la quiero ver. Que me quiero deshacer de ella. Su tiempo ya pasó. Debería ella seguir su camino y yo el mío.
Siempre he creído que la vida es de ciclos. Y más en las relaciones. Todo cambia, la relación de pareja, la de amistad, entre padre e hijo, etc.

Ese es el problema, que ella se ha quedado con una idea de nuestra relación. O mejor dicho extinta relación. Y ya ha pasado demasiado tiempo…me tengo que ir, tengo que dejarla.
Sé que ella está sola. Que su vida ha quedado estancada. Primero el trauma de dejar el “Tec”, para ella es lo único o es de las únicas pocas cosas buenas que le han pasado en la vida. Luego tener que regresar a León, a una vida que no le gusta, en donde no tiene vida y ella sólo es una extensión más de la “vida” de sus padres…

De ahí pasar a trabajar con su tío en un empleo mediocre, dependiente como siempre de la familia materna (tan enferma e invasiva con la vida privada de uno) y lo que es peor, que, como a la mayoría de los seres humanos, un empleo que no le gustaba. Pero yo siempre se lo dije: “Estás pendeja si entras a trabajar con tu tío, si dices que vas a estudiar en línea. Tú no eres de estudiar en línea, tendrás una vida miserable y solitaria, a ti te gusta convivir.”
No escuchó y dentro de su soberbia la muy estúpida entró a trabajar con el tío y a estudiar en línea. Ahora ahí la ves, con nulos amigos…un hombre que sólo la usa como objeto sexual, manteniendo a sus padres y la casa.

Me marcó una vez a la oficina, nunca fui más cortante.
“Tengo unos agentes que atender, márcame luego. Pero no al trabajo, nunca al trabajo, ¡tú también ponte a trabajar puta madre!”

No había tales agentes, pero quería dejar en claro que nunca me marcará al trabajo.
Su problema es que ya nunca va a brillar. Si sigue con sus padres, si sigue “estudiando” en línea, su poca autoestima y la increíble necesidad de atención que tiene la han hecho sólo un bulto más en este mundo. Ya la veo en unos diez años, una gorda y solitaria burócrata más.

Hace unos meses tuve un debate “filosófico” con una amiga. Me invitó a formar parte de la masonería y de un tema a otro llegamos al de la “vida”. Mi amiga cree que todos los seres humanos están destinados a brillar, que lo único que le falta a este mundo es amor. Yo le dije que aquello era ridículo y que no todos los seres humanos están destinados a brillar. Que lo que hace a un hombre o mujer brillar es la búsqueda de su trascendencia. Le dije que hay seres humanos que sólo están en este mundo como “relleno”. De ahí surge mi concepto de que la vida no tiene valor alguno, si lo tuviera seríamos muy pocos, porque sólo los que hicieran algo por el mundo tendrían derecho a vivir. Así como aquellos que piensan más allá y toman el poder en el mundo o crean corrientes que lo dirigen…ellos buscaron su trascendencia. Pero tenían una educación privilegiada o dinero, algo a su favor…no eran de la perrada, no eran uno más, de relleno.

Ella se molestó porque dijo que el amor lo podría todo. Que era una mentira lo de “personas relleno”, que si pensaba así, uno, no podría ser masón y dos: La vida es hermosa, por lo tanto todos podemos “brillar a nuestra manera.”

Pero no, no todos brillan y ella es un ejemplo de eso. Hace ya siete años que fuimos novios. Yo era inmaduro e inseguro. No era el cabrón de ahora que se embriaga con agentes de tránsito, se acuesta con aquella mujer que le da apertura, que es ya un personaje en la política juvenil de la ciudad, partiendo madres para subir en la carrera por la silla del águila mexicana. En esos años ella llevaba la relación y yo sólo seguía. Pero yo crecí y cambié, viajar, leer, entrar en la política me cambió y mucho.

Soy  muy diferente al de antes, quizá peor, quizá mejor. Y ahora veo en ella todos aquellos defectos que nunca vi antes…ahora me siento mal, porque sé que está sola, que no es nadie y que si no hace algo por su vida nunca llegará lejos. Me doy cuenta que a nuestros compañeros de la administración pública, del partido e incluso ex compañeros de la prepa les da lástima.

Y sí, ella da lástima. Quizá nunca le diga todo esto que pienso, quizá, sólo aprovechando que hay algunas amigas fuera de la ciudad me vaya de ésta con alguna de ellas y ya no regrese, que allá haga una vida. Que por fin me deshaga de ella. Que mi repentino desaparecer le muestra a ella lo que le dije hace unos dos años: “Lo que no se mueve se apesta y tú aceptaste estancarte en esta vida por conceptos de la familia bastante ridículos.”

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