sábado, 30 de marzo de 2013

My World



 
El calor lo despierta. Se levanta y se da cuenta de lo semidesnudo que está. Se pregunta ¿Por qué el calor? Y la respuesta está a su alrededor. Todas ellas durmiendo, tan cerca de él, unas abrazadas a otras y ella con él en la cama. Ahora parece recordarlo todo.  La esquiva, baja de la cama y sale del cuarto.

Sale directamente a un largo y lúgubre pasillo, apenas iluminado por unas pequeñas luces rojas que emanan de pequeños candiles que cuelgan a lo largo. Al caminar se da cuenta del dolor de cabeza que tiene. “Pinche tequila”, piensa. “Estaba pesado.”

Al final, el pasillo lo lleva a una pequeña sala. Esta apenas tiene una pequeña mesita circular y dos sillones de madera muy elegantes, muy góticos. La sala igual circular no tiene otra cosa más que libreros atestados que llegan al techo y un mural en el techo representando la tentación de Lucifer hacía Eva. Atraviesa la sala y llega a la cocina. Abre el refrigerador y saca varias bolsas llenas de sangre. Las muerde y empieza a succionar…inmediatamente siente como refresca.

Se sienta algo fastidiado…parece que algo no le convence. Sobre la mesa hay un libro “Rojo y negro”. Lo toma y lo abre en la página cuatrocientos ocho. Intenta leerlo pero no puede, no se concentra. En un arrebato de frustración lo cierra de golpe y lo avienta con fuerza hacía un pequeño mini bar que está frente a él.

Las copas y algunas botellas caen haciendo gran escándalo. Observa como el vino empieza a fluir por el suelo…y, mientras contempla el suelo mira de reojo sus uñas negras y blancas, cada color intercalado. Se levanta fastidiado, empieza a dar vueltas por la cocina y de nuevo en un arrebato patea la silla, haciéndola volar por los aires y despedazándola al mismo tiempo.

-¿Cuál es tu pinche problema Adolfo?! Le grita ella desde la entrada de la cocina. Adolfo voltea…su mirada seria, junto con el labial negro y el cabello chino despeinado lo hace imponente. Ella se acerca y lo ve de manera retadora.
-Te hice una pregunta, contéstame.
-¿Importa?
-Claro que importa cabrón, ¡estás haciendo pedazos toda la puta casa!, le grita histérica.
En ese momento entran Claus y Yess a la cocina.
-¡Amo! ¿Está bien? Le dice Yess. Esto parece hacer enojar a Constance, que deja de mirar a Adolfo y se dirige a Yess.
-A ver putita, esto es entre él y yo, le dice Constance.

Yess no  responde. Pero Claus parece molesta por la forma en la que le hablaron a su hermana, aparta a Yess y se acerca a Constance.

-A mi hermana no le hablas así. Esquinera de dos pesos.
-¿Qué me dijiste? Pregunta Constance.
-Lo que escuchaste, Constance, le dice Claus. Te dije de forma bonita, “puta barata.”

Constance muy molesta agarra a Claus del cuello y la empieza a asfixiar. Claus intenta luchar pero Constance aprovecha ser más alta que esta y la levanta, manteniéndola lejos, sin que le pueda causar daño. Yess grita en forma de chillido y sus enormes colmillos se dejan ver, sus uñas crecen enormemente y se lanza contra Constance. Pero Constance reacciona muy rápido y con Claus golpea a Yess…las dos hermanas salen disparadas y golpean fuertemente el suelo de cantera. Adolfo se dirige al mini bar, toma una copa que sobrevivió, abre el mini bar y saca una botella de tequila “Corralejo” se sirve. Toma una silla y se sienta.

Yess se levanta. No teme a Constance. De una de las bolsas de su chaleco saca una pequeña daga. Claus se levanta igualmente, crece, al parecer también de manera voluntaria sus uñas hasta un tamaño considerable. Las dos se lanzan contra Constance, la alcanzan a rasguñar. Pero ella toma a Claus de nuevo por el cuello y la avienta con gran fuerza muy lejos, aún con Yess encima haciendo lo posible para que esta no logre encajarle la daga, empieza a tantear el suelo y encuentra una botella que rodó durante el arrebato de Adolfo. La toma y golpea con ella a Yess en la cabeza.

Parece que esto la ha dejado muy aturdida. Constance aprovecha esto, levanta a Yess y coloca su cabeza sobre la chimenea…empieza a arder. Yess se empieza a retorcer de dolor, grita y grita muy fuerte…pero en poco tiempo calla…todo su cuerpo arde como una antorcha. Constance va por Claus, se coloca sobre ella y la empieza a asfixiar.

Adolfo camina, agarra del brazo a Constance y le dice: Ya amor.

Esto parece calmar de forma considerable a Constance, quien sólo se levanta y ahora muy tranquila se abraza a Adolfo.

-¿Qué tienes amor?, le pregunta
-Nada…sólo una pequeña ansiedad por crisis existencial, responde Adolfo suspirando.
-Esta era la vida que querías amor, ¿no recuerdas lo emocionado que estabas cuándo te volviste inmortal?
-No vale la pena recordarlo, fue ya hace demasiado tiempo. Me he aburrido de la inmortalidad, siempre creí que me daría un mundo nuevo, diferente.
-Y nos lo ha dado amor…tenemos una riqueza con la que ya soñaría todo mortal importante. Tienes mujeres al por mayor aunque me duela admitirlo.
-Eso no es nada, ¿No has visto lo que ahora es este mundo? Hasta morir ha perdido el chiste, armas modernas que con un botón acaban con todos. Autos, celulares y sabrá dios que más madres “inteligentes.” ¿Mujeres? Sólo a ti te amo, por eso he estado más de quinientos años contigo…ellas sólo son placer y esclavas.
Ya no hay grandes y hermosos bosques, la cultura ha perecido en el mundo de la producción. Bien lo dijo André Breton “Hoy nadie se escandaliza, la sociedad ha encontrado la manera de anular el potencial provocador de una obra de arte, adoptando ante ella un placer consumista.”
¿Vale la pena vivir en estos tiempos? A veces extraño tanto la colonia.
-Amor, extrañas tiempos que hace ya siglos que se han ido…¿Qué le extrañas? ¿La tranquilidad de las ciudades coloniales? ¿Los bosques en dónde te perdías a escribir tú solo?
Déjame decirte que extrañas, extrañas nuestra vida mortal. Somos un anacronismo, tú y yo. Siempre sentiste que no encajabas en el mundo, que debiste haber nacido en la edad del renacimiento, edad media, ¿Qué se yo?
Pero no fue así, y ahora que lo has tenido todo, que has vivido y leído todo, nada te convence.
-Deberíamos estar muertos.
-Quizá, quizá amor…pero no es así, aprendamos a vivir con nuestra inmortalidad…porque ya no hay marcha atrás.
-Siempre odie vivir, nunca le agarre el gusto. Creí que la inmortalidad no sería una vida, sino un mundo diferente, me perdí en su oasis.
-Si lo que me quieres decir es que vas a renunciar…está bien, pero llévame contigo amor, te lo ruego. Sólo una cosa, sabes que al renunciar de esta manera a la inmortalidad…ya no habrá nada.

Adolfo se hinca y toma de las manos a Constance.
-Renunciemos juntos mi reina, vámonos juntos…[i]


[i] Por: J.R.R.Falcón

lunes, 18 de marzo de 2013

El internet está muerto


Era una tediosa, monótona y asfixiante mañana-tarde. Lo mismo de siempre, el horrible ambiente de monotonía y falta de creatividad junto con los excesos de luces volvía la vida en casa, jodidamente similar…siempre en espera del cuarto, siempre las mismas pinches canciones…pero eso iba a cambiar, había que volver a la vieja esencia, a la vida dentro del cuarto.
El techo blanco, vacío, como la vida misma de los millones de habitantes del planeta, era el único paisaje que poseía. Y mientras contemplaba el techo le llegó a la cabeza, esa tonadita, esa alegre y triste canción que nos recuerda la sopa cósmica.
-la, la, la, la
En este lugar parece la vida nunca pasar y es lo peor de todo, que la vida simplemente no logra pasar. Hace falta la catarsis, limpiar, acabar con todo. Así que va a empezar por sí mismo. Abre el cajón del escritorio y lo contempla…tan limpio como siempre, refleja su rostro. Lo agarra, está frío, hermoso. Con calma lo acomoda entre sus manos y apunta con él al vientre. Lo tiene pegado a él, lo hunde lentamente, siente el dolor, siente como fluye como calor, lo saca y exhala.
Levanta la vista de nuevo al techo, sigue igual, no ha pasado nada en este. Pero ahora, una gran mancha roja está en su camisa y crece y crece cada vez más. Siente el dolor fluir por su cuerpo. Respira y cierra los ojos, y de nuevo, lo hunde, pero esta vez es rápido. Lo saca de nuevo y lo vuelve a hundir. La sangre baña sus manos.
El cuchillo está sobre la mesa, completamente rojo. Se levanta lentamente y se dirige a su cama, se acuesta en ella y ve, de nuevo el techo blanco, que ahora, parece moverse ¿o es un terremoto?
Cierra los ojos y siente como pareciera que una fuerza invisible, como si energía lo quisiera levantar. Abre los ojos y ve como las marcas de humedad que había en el techo ahora escurren sangre, sangre muy oscura, gira sobre su cuerpo y al lado de su cama se ve ya un lago de sangre, varios centímetros ya de altura, sumerge la mano. Siente esa diferente densidad de la sangre en su mano, ahora hunde el brazo completo.
Asoma la cabeza al gran charco de sangre que hay en el cuarto. Rueda y se deja caer en él. Se hunde en el charco y abre los ojos, todo es rojo…lógicamente. Siente como si una gran marea lo llevara, lo arrastrará de aquí para allá sin rumbo. Finalmente es libre, puede respirar profundamente y por completo, sin obstrucción alguna. Comienza a llorar…por fin, después de años siente como su cuerpo se oxigena perfectamente.
Le truena el cuello y la espalda. Todo aquello que había pesado, que había cargado en la vida se ha ido. La sangre lo purifica, lo libera. Sumergido en la sangre comienza a destrabar todo aquello que le ha cargado la vida. Poco a poco comienza a comprender que sólo se tiene a él. Pero eso es suficiente, no necesita más, no las necesita más.
No puede evitar sonreír al sentir tanto aire fluyendo por su cuerpo, por saber que pronto estará completamente bien. Por saber que aquella gran ansiedad y desesperación por hacerlo todo rápido se está yendo. Lo está dejando en paz. De nuevo disfrutará de un buen libro, de una taza de café con calma. De nuevo podrá vivir, y vagar con una tranquila soledad. Podrá darle sentido a su vida sin la necesidad…It´s just a dream…It´s just a…it´s just a dream…just a…

Por: Julian Zodriguer Colfan

La fiesta



Al llegar se encuentra con la sorpresa de encontrar todo cerrado. Les marca, pregunta, ¿En dónde están?
Ya vamos. Es lo único que le dice Gran R de forma seria. Espera dentro del carro mientras lee un buen libro, “Rojo y negro” de Sthendal.
Ya están aquí… y empieza la fiesta. Bruno se encarga de la leña, Gran R prepara la carne, Gran C…bueno él sólo ayudó ambientando con la música de su Iphone. Caín va y viene con las bocinas, con las botellas, vamos con todo.
Y aquí está, nueva, callada, alejada en su mundo pero sonriendo abrazada a él.
Presenta mi Chávez, le dice a su amigo.
Perdón dice, Ale, él es….
Alfonso interrumpe agresivamente mientras entra por la gran puerta gritando: Ey! ¿En dónde está el alcohol putos?
Todos lo observan por un momento y gran R le dice: Cálmate cabrón, aún no está ni la carne, no vamos a empezar a tomar desde antes.
¿Por qué no? Pregunta Franz, y, después de esto levanta un cartón de cerveza, lo abre y empieza a repartir latas de cerveza entre todos. Gran R cojee una y la toma toda de golpe, aprieta la lata, la avienta y dice: Ves porque no debemos de tomar antes, no me duró nada.
Franz sólo se le queda mirando y le dice: Es que no la disfrutas.
Así empieza a correr la noche, copa tras copa, lata de cerveza tras lata de cerveza, pláticas de todo, mujeres, drogas, política, corrientes económicas; vamos, hasta de su santidad. Pero finalmente todo está por terminar, él se va a dormir…
Despierta, mejor dicho, lo despierta la cruda. Se levanta y se dirige a la cocina. Toma un poco de agua. Sale al jardín y observa el panorama…no entiende, ¿Qué pasó después de qué durmió…o mientras dormía?
Las botellas están tiradas por ningún lado, igual las mesas y las sillas. Cerca de lo que parece ser la marca de una fogata se encuentran un par de zapatos. Hay cenizas por todo el lugar…y ropa, pedazos de ropa de mujer…Entra preocupado de nuevo a la casa. Sus amigos están acostados en la sala…bueno, no todos…faltan Chávez y ella…
En ese momento se escucha como se abre una puerta en el segundo piso. Pasos…nada…Él se asoma a las escaleras que llevan al segundo piso. Las sube…siempre ha sabido que el segundo piso ha estado completamente solo, ni un mueble, todo es polvo y tierra. Recorre el pasillo observando cuarto por cuarto. Así llega hasta el final del pasillo y el último cuarto.
Sólo encuentra unas cobijas…condones usados y nada más. Sale y ya de nuevo en el primer piso decide salir al jardín. Empieza a inspeccionar todo con calma. Pero mientras más observa más terrorífico es el asunto. No sólo hay ropa de mujer, hay manchas secas de sangre. Eso y el jardín está lleno de marcas de pies, muchas marcas…
Encuentra dentro del cartón de cerveza una cámara. Comienza a revisar las fotos, todo parece muy normal, hasta que, aparece él, besando a la novia de su amigo. Se pone nervioso y levanta la vista como buscando a su amigo, no vaya a ver. Conforme avanza cada foto es más rara. Una foto de todos…TODOS, ¿Quién tomó la foto?
Y ahora una foto…una foto con eso. Una criatura alta, más alta que todos. Usa un traje muy elegante, bueno, vestido quizá, parece ser mujer. No se ve su rostro, está oculto por un turbante, sus ropas son negras con tejidos dorados y tiene los brazos extremadamente largos, con enormes garras al final, pintadas de morado.
Ahora otra foto…con ellos. Aquella criatura que creemos femenina…y dos niños…cosidos uno con el otro por medio de sus brazos. Tienen cabezas de buitre, pero no posen los ojos, sólo la cavidad.
Él no entiende que pasa, pero aún así avanza en las fotos y ahora…un video…tiene miedo, pero da “play”. El video…es en blanco y negro…eso es imposible si se toma en cuenta que es una cámara digital de no más de tres años de antigüedad.
El video muestra claramente a la criatura femenina desnuda y a Gran R…se acarician y besan muy apasionadamente. La mujer tiene grandes y flácidos senos. Ahora se muestra la cara. Al igual que los niños no tiene ojos, sólo la cavidad, tampoco tiene labios.
El video lo atormenta y sigue con el siguiente. Otro video…de nuevo, su curiosidad es más grande que el miedo y da “play”. Esta vez, todos sus amigos junto con aquella criatura femenina y los niños están concentrados alrededor de una hoguera. Y la ve, Alejandra atada a un tronco elevado de forma recta.
Gran R grita a los demás en forma de discurso: ¡Esta es la bruja que cacé! Podrán corroborar su situación en unos momentos.
Finalizando el discurso Gran R se dirige a ella, la desata y ella cae. ¡Levántate bruja! Le grita. Ella no se levanta. Gran R molesto toma un tronco de la hoguera y la golpea en la cara. La sangre sale por todos lados y ella cae bruscamente. ¡Levántate maldita bruja!, le vuelve a gritar.
Alejandra intenta incorporarse pero en este momento Gran R la toma por el cabello y la arrastra diciéndole: ¡eres muy lenta mierda!  La dirige a la hoguera. En ese momento Chávez grita: No es cierto Gran R, ella no es bruja. No probaste nada.
Gran R voltea y le dice a claro que sí, ya lo verás. Después de esto avienta el palo a la hoguera, toma a Alejandra de la ropa y la empieza a rasgar, ya que ella está semidesnuda, al parecer Gran R encuentra lo que buscaba. La toma por el cabello y la carga. Miren, dice, esta marca en su cuerpo es una muestra de su contacto con Satanás.
La avienta al suelo con brusquedad, busca de nuevo el palo y empieza a golpearla brutalmente mientras dice: ¡Muere puta bruja!
¡Sí! Grita altamente exaltado Alfonso y corre a ella, al llegar comienza a patearla mientras Gran R sigue golpeando. Todos los demás gritan en coro, ¡Sí! Avientan latas de cerveza y una botella de caguama, todo esto cerca de ella.
Franz va también a golpearla, igual Bruno, Gran C empieza a orinarla. En ese momento Chávez intenta detener todo aquello.
¡Deténganse animales! Les grita mientras los empuja. Gran R molesto taclea a Chávez y ya sobre el comienza a golpearlo con el palo.
Alto, alto dice Alfonso. Todos se detienen, Alfonso levanta a Alejandra y dice: ¿Quién le quiere dar su despedida?
En ese momento, una alta criatura de traje sastre gris y sin cabeza sale de la casa arrastrando una silla. “Eh aquí lo único necesario, vamos a despedirla.” Esto dice mientras acerca la silla.
Alfonso se sienta en la silla y posteriormente saca su pene, los demás sostienen a Alejandra y así comienzan a violarla uno tras otro. Pero cuando es momento de Gran R algo pasa…
Parece que está muerta, dice Gran R. Si está muerta, ya no se queja. Ni modo y después de estas palabras, Gran R empieza a fornicar con aquel cadáver.
Chávez está inconsciente en el suelo del patio. La criatura de traje sastre gris, junto con aquella figura femenina lo levantan y lo colocan en la hoguera. Empiezan a bañarlo en gasolina junto con toda la leña.
Al acabar Gran R, levanta a Alejandra y la amarrar al tronco medio de la hoguera. Posterior a esto, los niños avientan un cerillo a la hoguera y comienza a arder.
El video acaba…y él piensa, “No es posible que todo esto haya pasado, mucho menos que aquellas cosas existan.” Se sienta en el suelo contemplando la cámara. Se siente triste y solo…levanta la vista y ve a sus amigos, aún dormidos en la sala de la casa. Voltea la vista al cuarto en donde él había dormido.
Ahí está, su cuerpo, inerte en el cuarto…

Por: Julian Zodriguer Colfan